Einstein visitó España en 1923 invitado por el Consell de Pedagogía de Barcelona, pocos meses después de recibir el Nobel de Física. El Rey Alfonso XIII mostró gran interés por conocer personalmente al creador de la Teoría de la Relatividad. El Rey tenía cierta viveza intelectual, pero los cronistas no cuentan si comprendió y aceptó las insólitas y atrevidas paradojas del sabio judío sobre el novedoso tema. La larga era franquista, con su proclividad hacia los fascismos y antisemitismo, no fue época propicia para la difusión de los pensamientos de Einstein en España. Einstein, por su parte,(como intelectual de izquierdas) no se había abstenido de criticar abiertamente al régimen español surgido de la Guerra Civil y había conectado sentimentalmente con los grandes adversarios del franquismo en el exilio: Madariaga, Trueta, Pau Casals…
Paul Casals |
Einstein y Pau Casals nunca se conocieron personalmente pero su admiración fue recíproca. Se cruzaron afectuosas cartas y elogios en público. Einstein escribió: “ Lo que más admiro en Pau Casals es su firme actitud, no sólo frente a los opresores de su pueblo, sino también frente a los oportunistas, siempre dispuestos a pactar con el diablo”.
Son muy interesantes los comentarios que sobre Einstein realizaron Ortega y Gasset (filósofo) y Julio Palacios (físico).
En 1923 se publicaron algunas lecciones explicadas por Ortega desde su cátedra de Madrid bajo el título general de “El tema de nuestro tiempo”. En uno de sus apéndices se refería a la teoría de la Relatividad Especial y precisaba el alcance filosófico de la misma.
Julio Palacios, físico, aragonés, catedrático de Física en la Universidad de Madrid publicó en 1960 la obra “Relatividad, una nueva teoría” en Espasa, Calpe. En ella el autor muestra cierta irreverencia ante el mito que es Einstein afirmando: “ A pesar de tanto éxito parece ser que hay algo torcido en la teoría de la relatividad. Una cosa es que admitamos lo maravilloso aunque no lo entendamos y otra muy distinta el que demos por bueno lo que es absurdo”. Propone correcciones de tipo matemático (fundados en gran parte en el aparato matemático de Sommerfeld) que pudiesen evitar alguna de las consecuencias más absurdas y difícilmente admisibles de la Relatividad. Se refiere D.Julio a la paradoja de los relojes. Para nada se pone en duda el talento de Einstein, sólo intenta mejorar el desarrollo de la teoría de la relatividad con una estructura matemática más apropiada.
En 1923 se publicaron algunas lecciones explicadas por Ortega desde su cátedra de Madrid bajo el título general de “El tema de nuestro tiempo”. En uno de sus apéndices se refería a la teoría de la Relatividad Especial y precisaba el alcance filosófico de la misma.
Julio Palacios, físico, aragonés, catedrático de Física en la Universidad de Madrid publicó en 1960 la obra “Relatividad, una nueva teoría” en Espasa, Calpe. En ella el autor muestra cierta irreverencia ante el mito que es Einstein afirmando: “ A pesar de tanto éxito parece ser que hay algo torcido en la teoría de la relatividad. Una cosa es que admitamos lo maravilloso aunque no lo entendamos y otra muy distinta el que demos por bueno lo que es absurdo”. Propone correcciones de tipo matemático (fundados en gran parte en el aparato matemático de Sommerfeld) que pudiesen evitar alguna de las consecuencias más absurdas y difícilmente admisibles de la Relatividad. Se refiere D.Julio a la paradoja de los relojes. Para nada se pone en duda el talento de Einstein, sólo intenta mejorar el desarrollo de la teoría de la relatividad con una estructura matemática más apropiada.
Julio Palacios |
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