Las dotes musicales de su madre influyeron en Einstein que a los seis años ya sabía tocar con soltura el violín, su instrumento musical favorito de por vida ; junto con la ciencia, sus dos grandes pasiones. Cuando viajaba solía llevar el violín, al que llamaba "Lina", a la espera de alguna ocasión para interpretar a sus músicos preferidos solo o en compañía. Con tal de enfrascarse en la música tocaba con científicos amigos, con vecinos de su entorno o con cualquiera que le ofreciera esa oportunidad. Participó en conciertos públicos y privados, acompañó al órgano en alguna sinagoga y en más de una ocasión con sus aportaciones musicales contribuyó a recaudar fondos para la causa sionista.
Sus compositores preferidos fueron: Mozart, Bach, Schubert, Vivaldi, Corelli y Scarlatti. No tenía el mismo entusiasmo por Beethoven, al que consideraba demasiado dramático y personal. Tenía opiniones varias sobre otros músicos, pero con el que se mostraba frontalmente en desacuerdo fue con Wagner, aunque valoraba su contribución a las nuevas formas de la ópera.
Así cuenta cómo se relajaba después de trabajar, tocado a veces en la cocina para evitar molestias a los vecinos:
"Primero improviso y si esto no me ayuda, busco consuelo en Mozart; pero cuando estoy improvisando y parece que algo consigo, necesito las claras construcciones de Bach para llegar hasta el final."
Cuando, hacia 1950, le fue prohibido tocar el violín por prescripción médica, se sentaba al piano -un piano de cola Bechstein- e interpretaba alguna obra seguida, a veces, con satisfacción por quienes pasaban por la calle. El violín
lo heredó su nieto Bernhard Caesar, hijo de Hans Albert.
Einstein mantuvo una buena amistad con el violonchelista español Pau Casals (1876-1973). Además de la música, les unió la lucha contra la tiranía de los pueblos. Casals, rebelado contra la dictadura franquista de la que él mismo fue víctima, dirigiéndose a Einstein, afirmaba: "Las únicas armas de que dispongo son la batuta y el violonchelo: No son mortíferas, pero no tengo otras. Con ellas protesto contra lo que me parece ignominioso para la humanidad". Actitud que le valió los elogios de Einstein: "Lo que más admiro de él es su actitud firme, no sólo frente a los opresores de su pueblo, sino también frente a todos los oportunistas que siempre están dispuestos a pactar con el diablo. He reconocido claramente que el mundo, más aún que por los malhechores mismos, aún está más amenazado por los que permiten el mal y lo favorecen". Recordemos que Einstein se manifestó a favor de la República española sin temor a poner en evidencia las políticas inglesa, francesa y estadounidense que mantuvieron el embargo de armas para el ejército republicano por temor a perder votos católicos en sus respectivos países.
Einstein, como no podía ser menos, también ha sido motivo de inspiración musical: hay grupos musicales con su nombre, es citado en algunas canciones y en 1975 Philip Glass escribió la ópera Einstein on the Beach donde el instrumento musical más importante es el violín, apareciendo el violinista caracterizado como un Einstein.
Sus compositores preferidos fueron: Mozart, Bach, Schubert, Vivaldi, Corelli y Scarlatti. No tenía el mismo entusiasmo por Beethoven, al que consideraba demasiado dramático y personal. Tenía opiniones varias sobre otros músicos, pero con el que se mostraba frontalmente en desacuerdo fue con Wagner, aunque valoraba su contribución a las nuevas formas de la ópera.
Así cuenta cómo se relajaba después de trabajar, tocado a veces en la cocina para evitar molestias a los vecinos:
"Primero improviso y si esto no me ayuda, busco consuelo en Mozart; pero cuando estoy improvisando y parece que algo consigo, necesito las claras construcciones de Bach para llegar hasta el final."
Cuando, hacia 1950, le fue prohibido tocar el violín por prescripción médica, se sentaba al piano -un piano de cola Bechstein- e interpretaba alguna obra seguida, a veces, con satisfacción por quienes pasaban por la calle. El violín
lo heredó su nieto Bernhard Caesar, hijo de Hans Albert.
Einstein mantuvo una buena amistad con el violonchelista español Pau Casals (1876-1973). Además de la música, les unió la lucha contra la tiranía de los pueblos. Casals, rebelado contra la dictadura franquista de la que él mismo fue víctima, dirigiéndose a Einstein, afirmaba: "Las únicas armas de que dispongo son la batuta y el violonchelo: No son mortíferas, pero no tengo otras. Con ellas protesto contra lo que me parece ignominioso para la humanidad". Actitud que le valió los elogios de Einstein: "Lo que más admiro de él es su actitud firme, no sólo frente a los opresores de su pueblo, sino también frente a todos los oportunistas que siempre están dispuestos a pactar con el diablo. He reconocido claramente que el mundo, más aún que por los malhechores mismos, aún está más amenazado por los que permiten el mal y lo favorecen". Recordemos que Einstein se manifestó a favor de la República española sin temor a poner en evidencia las políticas inglesa, francesa y estadounidense que mantuvieron el embargo de armas para el ejército republicano por temor a perder votos católicos en sus respectivos países.
Einstein, como no podía ser menos, también ha sido motivo de inspiración musical: hay grupos musicales con su nombre, es citado en algunas canciones y en 1975 Philip Glass escribió la ópera Einstein on the Beach donde el instrumento musical más importante es el violín, apareciendo el violinista caracterizado como un Einstein.
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